La suavidad de tus manos aún permanece en mi piel
Cuando fueron ellas las que cubrían mi desnudez y mi inocencia
La piel que acostumbrabas tapizar de dulces besos
Que frotabas antes de hacerme dormir
La misma que termina ahora por enfriarse
Ahora es cuando no oyes ni hablas
Cuando estás solo en el mundo
Necesito susurrarte
Estaré contigo en sueños
En recuerdos
En todos los días que vendrán
Sin mí jamás estarás
Y es ahora que la ausencia se levanta a tu lado
Pero en el silencio te llenaré
De mis sentimientos
Mis deseos
Mis inalcanzables abrazos
Mi presencia cuando te haga falta
Matias Elgland, aunque jamás te haya conocido, te deseo el mejor de los viajes hacia el otro lado...
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