septiembre 16, 2006

Mundo up-side-down

Como biólogo -supongo- he sido de alguna manera entrenado para estudiar los organismos vivos. He estudiado procesos básicos, también otros más intrincados que componen nuestro diario vivir, desde la bacteria hasta los metazoa (somos metazoas los humanos, by the way). En busca -siempre- de aquello que define la esencia de una existencia única en el Universo conocido.

VIDA

¿Cómo se organiza? ¿Cómo cambia con el tiempo? ¿Cómo se heredan algunas categorias de la existencia mientras otras se disuelven y cambian?

Eso estudio. Ello me dirige y me representa.


No existen manuales ni F1s que puedan representar una guía práctica. Fíjense que intento avocar mi propia existencia en el estudio de otras. Me baso en los estudios y en los conocimientos de otros que antes -como yo- se encontraron inevitablemente (románticamente) atraídos por el paradigma de la condición de ser vivo.

Si amar lo vivo, buscar entenderlo, sólo por el placer de sentirme más cerca de mí mismo constituye la única herencia del Rayo sobre mí persona, entonces deseo siempre renacer en la influencia de pensadores tan preclaros y especiales como ellos. No importan a veces los nombres.


Si al fin y al cabo, todo se reduce a la experiencia personal, las caras se desfiguran, los edificios se queman y la única seguridad yace en mi despertar diario, entonces quiero siempre amanecer con la sensación de estar en un camino donde he hallado una honestidad, que hallo necesaria para existir en paz con mis ideas y mis pares.

ODA A LA BIOLOGIA DEL CONOCIMIENTO

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