febrero 16, 2006

Tengo esta rara teoría sobre mí mismo

¿Ustedes acaso no conocen personas que parecen ser la encarnación del sentido de las palabras?

Por ejemplo, ¿han conocido a la flojera, a la depresión, a la alegría, a la superficialidad, a la constancia, al engaño, a la picardía, a la soledad, a la compañía, a la amistad, al amor, a la inocencia, a la culpa, a la fluctuación, al arte, al odio, a la guerra, a la justicia, al vacío, al fatuo, a la necesidad, a la libertad, a la melancolía, al intelecto, a la fealdad, a la hermosura, a la razón, a la locura, a la sabiduría, a la juventud, al deseo, a la vejez, a la identidad, a la ceguera o a la sordera? (ah -suspiro- son tantas y todas tan bellas... podría continuar infinitamente).

Pues a veces tengo esta extraña certeza intestinal en mí, que me dice que todos dejamos que estas palabras -talvez mejor sea que escriba ideas- nos inunden y se reflejen en nuestros cuerpos. Me pasa siempre cuando pienso en alguien. Cierro los ojitos y recuerdo estos sentimientos que me conectan con las personas. A veces son sensaciones de ideas muy nítidas y otras veces son una mezcla bullente.

¿Cuál(es) será(n) mi(s) palabra(s)?
¡Mi(s) idea(s)! ¿Cuál(es)?


No puedo entrar en los demás para saberlo... ¡¿Por qué amo tanto a las palabras, ideas, personas?! ¡¿De dónde viene tanto asombro?!


En fin... Namaste amig@s... muy buenas noches... estuvo bueno el carretito... perdón por dejarlos esperando afuera... en ese momento no estaba Esperanza conmigo... pero sí estaba Fatuo e Ingenuidad. Y una buena dosis de Olvido...


Las Ideas crecieron juntas con el Lenguaje, y maduraron con la Experiencia y el Aprendizaje, en nuestro Sistema Nervioso. Al final y al cabo, todas nuestras Ideas provienen de las Percepciones (que son como sus Almas), y ellas habitan en el Mundo.

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