octubre 04, 2005

Sobre la Autoexploración y el Autocontrol

Adaptación de la Lectura Original
(para conversarlo con la almohada)

DORMIR, SOÑAR, MORIR.
Nuevas conversaciones con el Dalai Lama

Ponencia del filósofo y escritor Charles Taylor:
¿Qué hay en un YO?
Preguntas del Dalai Lama.

C.T.: Platón hablaba del autodominio. Señaló que nuestra razón debía tener el control de nuestros deseos. Si los deseos personales tenían el control, uno no tendría dominio de sí mismo.

D.L.: ¡Muy sabio!

C.T.: Pero la visión moderna dista mucho de la platónica; con Descartes, tengo la capacidad autoencerrada para ordenar mis propios pensamientos y mi propia vida, para hacer uso de la razón para controlar y ordenar mi propia vida. Pasa a tener gran importancia para mí el ordenar mi propio pensamiento, para mantenerlo operando de la manera correcta, por los pasos correctos, para relacionarme con él como un campo de objetos que puedo de alguna manera dominar (cursivas personales).

La autoexploración en cambio, idea inspirada por San Agustín, da fundamento a la creencia de que cada ser humano tienen su propia manera particular, original, de ser humano. Ambas prácticas occidentales, forman parte de una misma cultura, pero son también profundamente opuestos, y nuestra civilización constantemente se combate a sí misma en torno a esto. Eso se ve en todas partes y donde uno mire.

Lo que une el autocontrol y la autoexploración es que provienen de una fuente común: la concepción del ser humano que apunta al ser humano de una manera autoencerrada.

D.L.: ¿Hay acaso una asunción subyacente de que el autocontrol necesariamente implica un ser autoexistente o autónomo, mientras que la autoexploración implicaría que eso es dudoso?

C.T.: Éste no es necesariamente el caso, la autoexploración también presupone un yo, pero deja abierta la posibilidad de que se puede ir más allá de eso. La posición de autocontrol presupone que hay un agente que controla y jamás duda de ello. La misma filosofía de Descartes comienza con el famoso juicio: pienso, luego existo. Todo el edificio de la comprensión científica del mundo está estructurada sobre esa certeza.



¿Soy el único que ha preferido después de tantos años de autocontrol, el camino de la autoexploración genuina?
¿Quién no desea hacer aquello que es al final lo más cuerdo para cada uno de nosotros?

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