Aquí está el speech (for the record, y Namaste):
En esta preciosa noche, donde la familia y los amigos de Carla y Pedro nos hemos reunido a celebrar con ellos su matrimonio, el ambiente se llena de una alegría especialmente contagiosa. Bastará con ver los rostros de los recién casados y de los demás presentes para notarlo. Los buenos deseos, querida Carla y querido Pedro, los rodean a ustedes esta noche como no lo han hecho nunca antes. Recuerdo haberles dicho ya hace algunas semanas, por primera vez como su testigo legal, que desde ese momento todo sería nuevo para ustedes. Estaríais observando con nuevos ojos, viviendo con nuevas conciencias. Ahora no sólo quiero recordarles aquello, sino que además me gustaría aportar unos buenos deseos de mi propia cosecha a todos los que ya revolotean a vuestro alrededor. Espero que os otorguen felicidad, hoy y mañana. Espero que vuestros corazones permanezcan abiertos a ellos ahora y que los atesoren para siempre.
Querido Pedro:
Nada puede ser más importante y más hermoso para mí que ver algo crecer, desarrollarse y transformarse a lo largo de su existencia. Esto lo sabes, porque es a lo que me dedico, pero lo que no sabes es que aún más importante y más hermoso es para mí ver a un amigo crecer y compartir con él los mejores y los peores momentos de su vida.
Largos han sido estos años desde que nos conocimos, y con orgullo y amor puedo aseverar que no hay nada en ellos que deseara borrar jamás. Si cierro mis ojos te recuerdo, en ese entonces, soñador, honesto y bondadoso. Ojalá la Vida permita que conserves siempre estas características y que las desarrolles infinitamente. Que te otorguen paz, por medio del poder, de la sabiduría y del amor. Y, aunque hoy parezca que el camino que los dos tienen por delante, los cale hondo y haga temblar sus cimientos, recuerden los votos que hoy voluntariamente han tomado. Amigo mío, no existe nada en este mundo que juntos no puedan enfrentar.
Si mañana ninguno de los presentes aquí, incluyéndome, pueda ofrecerte un hombro o un abrazo cuando lo necesites (y te lo digo porque va a ocurrir), cierra los ojos y recuerda que todo lo que necesitas, ya está dentro de ti y espera con ansias que lo encuentres y le des libre curso.
Querida Carla:
¡Uf! ¡Qué valor y qué coraje has mostrado! Algo que pocas personas en estos días demuestran con frecuencia y menos con la intensidad con la que lo has hecho tú. Pero por sobre todo sé que es amor, por tu esposo y por lo que los dos representan, lo que ahora te inunda y te otorga una dicha única en tu vida. Sé, además, que este momento es como un sueño vuelto realidad. Deseo que jamás te canses de perseguir que otros sueños tuyos lo hagan también. Debo decirte Pedro, que te has conseguido a la mejor de las maestras en esto. Eres, Carla, la mujer que hace que este mundo sea mejor para los ojos y el corazón de Pedro. Nadie más tiene ese poder y esa fuerza. Dóblate todo lo que puedas los años que vienen, pero no te quiebres jamás. Y por sobre todo, busca incansablemente por tu felicidad junto a tu esposo, por muy lejos que estés del hogar que te vio crecer.
Aprendan juntos. No se cansen de hacerlo. Y, por Dios, no olviden jamás que dentro de ustedes existe una puerta y un espejo hacia el otro. Si bien son independientes y libres, también son complementarios y están unidos.
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