septiembre 21, 2005

Comentario literario

Acabo de terminar un librazo de Ayn Rand: El Manantial. ¡Uff! Ha sido como una cachetada o como el agua fría arrojada sobre la cara en una tarde de verano. Aquí les incorporo unas citas...

He venido aquí para manifestar que no reconozco a nadie derecho alguno sobre un minuto de mi vida. Ni sobre una parte de mi energía. Ni sobre ninguna obra mía. Ni me interesa quién haga la petición, o cuál sea el número, o cuán grande sea la necesidad que ellos tengan. He querido venir aquí para decir que soy un hombre que no existe para los otros.

He querido venir aquí para manifestar que la integridad del trabajo creador de un hombre tiene mayor importancia que cualquier esfuerzo caritativo. Aquellos de ustedes que no comprendan esto forman parte de los hombres que están destruyendo el mundo.

No reconozco obligaciones hacia los hombres, excepto una: respetar su libertad y no formar parte de una sociedad esclava.


Una obra escrita en 1958. Su fondo es plantear el problema del colectivismo y altruísmo como las hipocresías más grandes, para quienes han logrado hacer creer a los hombres (es decir, otros hombres) que éstas son virtudes que mueven al mundo.

La creatividad y el egoísmo absoluto, son la base del avance de la humanidad, el resto sería paja molida.

Mmh, interesante libro. Especialmente, si consideramos nuestra educación moderna homogeneizante, con miras a una especialización que no tiene nada de especial, donde prima el principio de la incertidumbre y la relatividad. Y finalmente, por qué no, recordemos que para lo que hacemos hoy hay muchos que pueden reemplazarnos... ¿cómo mierda llegamos a estos credos tan contradictorios? ¡Ajá, Ayn Rand tiene una buena idea sobre ello!

¡Manténganse alertas, no den barato lo que cuesta cultivar! ¡Defiendan sus convicciones, pues son privativas y no colectivas!


Las fotos son de un artista llamado Zhang Huan.

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