septiembre 16, 2005

Educando

Sobre un mueble bajo pero grueso de madera, donde no sólo se guarda la loza fina o las copas de cristal, de un determinado hogar que suelo visitar debido a las clases particulares, sino que además se colocan todo tipo de pequeños ornamentos artesanales traídos de distintas partes del planeta que llaman la atención del visitante, se encuentra posada una diminuta fotografía dentro un portaretrato de acrílico doblado con la inclinación justa para que se la vea sin tener que bajar los ojos desde sus cuencas (algo que sería sumamente engorroso de hacer y después deshacer, de haberlo logrado en primer lugar).

Esta fotografía es un plano semilateral-semifrontal de un famoso actor de la comedia norteamericana, en la época del cine mudo, en blanco y negro. De la época del cine que yo llamo especialmente educativa para los niños. Especialmente, si pienso en las obras típicas de Charles Chaplin (eternas obras) y no las sesudas, como Barba Azul o El Dictador, sino aquellas como Candilejas, La Fiebre del Oro, etc.

Bajo el retrato dice:

"Estos son mis principios, si no le gustan tengo otros"

Así comienzo todos los martes mis clases con Leo. Hablamos sobre las simplezas de las matemáticas, de la química, de la física, de cualquier cosa que quiera preguntarme. De cualquier cosa que le haya puesto la mollera a prueba sin buenos resultados en el Liceo Manuel de Salas. Él me recuerda a mí mismo, cuando arribé al colegio chileno en 1989. Las trabas del lenguaje.
El colegio en Chile es un lugar de sufrimiento. Es lo que piensan muchos chilenos que van a ser padres. Su recuerdo del colegio es superficial, casi innecesario de recordar, pero al tener hijos, les sale el proteccionismo a todos. Que deseo lo mejor para él o ella, que cuando lo molesten le habré enseñado a golpearle el hocico a tal para cerrárselo de una vez, que en tal colegio había un cura inmoral, las clases eran una lata, que los carretes eran buenos, que la enseñanza era sobre los valores, etc.

Lamentable es que la condición de la enseñanza pública chilena sea tan terriblemente paupérrima, pues ello significa, lo queramos o no, que muchos colegios privados tienen chipe libre para hacer las cosas a su modo particular. En mi visión de la educación, muy utópica por cierto (pero la he experimentado en mi niñez), a los juveniles Homo sapiens se les entrega todo el espacio requerido para la ejercitación de un sano cuerpo, tres veces a la semana por lo menos el ramo de gimnasia es obligatorio. En Chile con suerte hacemos correr a los niños una o dos veces a la semana, y claro, no podemos obligarlos a hacerlo todo el año, PORQUE NUESTRO AIRE ES UNA PURA MIERDA que les hace daño. Se acepta la flojera, la copia y la indiferencia en todos los ramos de primero básico a cuarto medio. El profesor combate día a día por hacerse oír entre un barullo de energías irreprimibles. Imagínense cuando han decidido hacer pasar un mal rato al profesor.

Mi primera nítida impresión del colegio en Chile, fue de un asombro doble: primero, los niños se golpeaban criollamente ante la mirada de cualquier adulto durante el recreo jugando al "hoyito pata'a" o al "soooo" y eras considerado un idiota por no unirte al juego; segundo, los niños le faltaban el respeto a sus profesores constantemente. Entonces si llegaba la disputa a mayores, aparecía un padre furioso en la escuela, y terminaban expulsando al profesor.
Esto es algo que demuestra nuestro grado de incultura. Los profesores nunca suelen ser respaldados por la institución educativa.

Hay un mercado de colegios donde pagas por decidir lo que será entregado a tus hijos, donde el lema "el cliente tiene siempre la razón" se hace un mensaje fuerte y claro para l@s pequeñ@s human@s. Ellos siempre están escuchando, siempre están despiertos aunque no lo parezca. Y aprenden todo lo que les sirve para su beneficio personal (egoísta) con una rapidez que asombraría a cuanto psicopedagogo (o psicólogo o psiquiatra) que está acostumbrado a dar el veredicto de déficit atencional a todo niño con problemas que se le cruza por la consulta o la oficina.

¡Todos los niños enfrentan problemas de aprendizaje! No hay nadie que pueda aprenderlo todo. Eso es lo peor. Nadie puede definir con certeza qué es aquello que debe aprenderse en el colegio. Los esfuerzos por el Ministerio serán siempre para palear problemas de unos años atrás y no los actuales. Este es el verdadero problema de la educación. Los que educan no estudian sobre su tema, no se perfeccionan en los mejores lugares ni lo hacen con las mejores intenciones, MENOS VAN A DISCUTIR LO QUE LES ENSEÑARON durante los perfeccionamientos, mucho menos van a intentar discutir y modificar el sistema actual una vez ingresen a la máquina educativa escolar.

El Chileno es lento, flojo, y miope. Pero los niños tienen todo el potencial sano que la raza sudamericana le concede (tan hermosa que por cierto es nuestra raza mestiza). Tendríamos que mantenernos alertas sobre su educación primaria, mantenerlos lejos del MacDonald's, meterlos en Scouts o en algún Club de Deportes, en fin, incurrir en un montón de gastos que llevarían a la bancarrota de cualquier familia de clase media con más de dos hijos, para poder de alguna manera garantizar una educación mucho más completa y menos homogeneizante posible, para que no se conviertan en las personas grises descritas por Michael Ende en su libro Momo.

Eso es lo otro. ¡¡¡¡Por favor, por lo que más quieran, alejen sus niños de la Televisión!!!! Mata el cerebro estar quietos frente a una pantalla muchas horas al día, además allí mismo es donde afiatan todo lo que absorben en el colegio. La pasividad, la injusticia, la infelicidad, la incerteza, se convierten en leyes universales después de varias horas de TV. Una soberana porquería. Mejor pásenle algún libro, enséñenles a disfrutar de la imaginación, leanles un cuento.
Si a tí nada de esto te parece algo familiar, entonces tú ya eres un caso perdido. Pero TUS HIJOS NO LO SON. Ofrezcan algo distinto a sus crías, se lo merecen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tenis toda la razon felipe... los profes en Chilito tendrian que tratar para poder ser mas incompetentes. Y esto pasa desde el liceo mas recondito, hasta el colegio mas cuico del pais. Es una pena.
Sobre el hoyito pata'a, nunca me di cuenta lo destructiva que es nuestra ninez hasta que les cuento a extranjeros sobre ella. No pueden creer lo agresivos que somos!
Sobre la tele.... emmm... bueno, ahi no se si este de acuerdo. Personalmente no tengo una, pero me gusta ver, al menos una vez al dia, algun programa estupido, como friends o that 70's show. Excelente manera de relajarse...

Anónimo dijo...

La Tele... bueno felipe, la verdad es que no creo que la tele te seque el cerebro, es cierto que hay estupideces miles que desfilan por la pantalla, pero no estoy seguro que moldee la cabeza de los niños ni los adultos, ni que no les estimule la imaginacion... con los libros es lo mismo, hay libros con mil estupideces en ellos, otros inteligentes, pero como forma son un medio para transmitir conocimiento al igual que la tele.

La gente que leia libros antes de la tele no resulto tanto mas brillante que las generaciones actuales. Probablemente es un problema con los paradigmas en los que estas sentado. Ya hay otras formas de recibir mensajes, internet, los blogs, foros, tv por internet, libros interactivos (fisicos). Todo va en como nos enfrentamos al fenomeno de la comunicacion y el uso de la imaginacion.

Asi, como para ti un libro es una experiencia entretenida y rechazas la tele, hay otras generaciones que odian los libros y prefieren la tele o internet, no puedes forzarlos a elegir sobre tus gustos, es mejor buscar alternativas que tengan que ver con el desarrollo natural y las opciones que toman los niños.