septiembre 10, 2005

Los encuentros místicos con uno mismo

Hace unas semanas ocurrió una de esas cosas misteriosas que a veces nos sorprenden, agradablemente, no preparados. Una vieja amiga de mis tiempos de universitario de primer año, cuando la Universidad era toda la Octava Maravilla que mi imaginación podía concebir, me invitaba sin yo saber nada del asunto a una "actividad matutina a las 8 de la mañana". Aparentemente, ni quise saber más de qué se trataba. Marisol o Marysol (como a veces prefiere ella llamarse a sí misma, no la culpo, yo también prefiero ese nombre para ella) es una persona en quien uno confía a ciegas apenas se la conoce. Una especie de metáfora del estilo "sentí que la conocía de toda la eternidad" quizás siendo muy cursi y todo, sea más adecuada para describir lo que pretendo describir.

Bien, atrasado y todo, con el monumental esfuerzo de levantar un pesado cuerpo en la mañana logré subirme a una micro llena de personas. A un tipo alto y "masetiao" le molestó mi mochila y me lanzó un vituperio verbal de lo más dije que yo respondí con cortesía poco usual. Generalmente, simplemente ignoro a estas personas que corren a todas partes y que cuando uno las toca o "invade" su perímetro sagrado, saltan impulsados como por un resorte a decirte todo tipo de cosas poco amigables. En fin, seguí mi travesía, atrasado, consultando en cada semáforo en rojo mi reloj hasta que logré bajarme cerca de mi destino.

Al llegar al sitio del suceso (como diría un distinguido Domínguez que conozco), me encontré con que la invitación era a una sesión de danza mística, con un (en ese momento) "supuesto" chamán de linaje siberiano. Noté de inmediato, como saltó el escepticismo dentro de mí, pero me dió risa y el abrazo de Marysol me terminó por dejarme sin defensas ante tal invitación a sudar la gota gorda en una pieza amplia y larga, con un agradable piso de madera que aunque frío al comienzo se calienta apenas uno comienza a bailar sobre ella. No omitiré que las personas que llenaban dicha sala, eran personas iguales que yo, pero emanaban un magnetismo especial, que no hacía sino aumentar aún más mi curiosidad.

Ok. Fue una especie de descubrimiento mediante terapia de choque. No. Bueno, no es algo fácil de describir, así que me rindo. Aunque puedo constatar que desperté algo que sabía llevaba décadas durmiendo en mí. Mis energías reprimidas brotaron al instante en que me dejé llevar por la imaginería ofrecida, las palabras y las emociones me llevaron hacía un estado de pensamiento profundo donde encontré mucha paz, pero por sobre todo, mucho conocimiento sobre mí mismo.

¡Qué tontos somos al cerrarnos a nosotros mismos! Toda una humanidad de conocimientos espirituales y decidimos vivir esta patraña (que simplemente me es imposible tragar desde hace unos años) de vida social que los hombres construimos en las grandes ciudades. A cualquiera le ha pasado, todos conocemos a alguien que ha estado deprimido, que no le encuentra sentido a su existencia cuando realmente buscan levantar el velo que se han puesto sobre sus ojos. El resto, simplemente, gasta su energía en un sueño letárgico de existir trabajoso y desgastador.

Puedo sólo aconsejar a todo aquel que me conozca, QUE DEBE DESPERTARSE A SÍ MISMO.

Para mí, danzar, masajear y abrazar en las mañanas a mis nuevos compañeros (no)extraños, es como abrazarme a mí mismo. La alegría brota por mi cuerpo al levantarme en las mañanas, al moverme durante el día, aquellas cosas que me parecían terriblemente difíciles antes ya no lo son. Tantas barreras y limitaciones (velos, en fin) que yo mismo he erigido sobre mis habilidades y mi espiritualidad, ahora sufren ante la inminente llegada de los pasos poderosos de mi baile interior. Yo prefiero imaginar que me fundo con ellos cuando bailo y los agito desde su interior, y aunque no se desmoronen aún (porque son míos a pesar de todo) ya pronto lo harán.

Cuando esto pase, no tengo idea de lo que me va a pasar, pero sólo puedo decir que va a ser muy lindo.

PS:

No puedo dejar de acotar finalmente, que hoy ya no opino lo mismo del anteriormente "supuesto" chamán de linaje siberiano, en él me veo a mí mismo. Aunque esto no esté del todo correcto, tampoco es completamente falso.

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